A LLORAR A LA PARROQUIA

Linda pintaba la mañana, un poco fresca, nada no habitual para los primeros días de mayo. Gentilmente, la gente de AMCO (Asociación Mano Control Oeste) invitó a realizar una fecha en una de sus pistas ubicada en La Tablada y la troupe se dirigió allí para disputarla. El circuito elegido esta emplazado en la plaza Manuel Belgrano frente a la Parroquia San Pantaleón – San Teodosio y la muchachada de AMCO lo bautizó Ombú 1. Gran trabajo hicieron, la pista tiene variantes como para hacer una carrera rápida o una más trabada, con un piso en excelente nivel pero con ciertas dificultades que hacen apasionante e incierto el desarrollo de la competencia.

Lamentablemente, solo se hicieron presentes quince pilotos, entre ellos el debutante Ignacio Niciforo, aunque el escaso parque no influyó para que se haya visto una carrera entretenida… salvo en la punta.

Estaría bueno que ante un convite de este estilo, más cuando se esta intentando realizar un interclubes anual para el acercamiento entre las Asociaciones, se proceda de manera solidaria con aquellos que habitualmente se acercan al Parque Chacabuco en forma permanente para tomar parte de los campeonatos allí realizados. Una verdadera unión debe dejar de lado egos y resquemores porque si no es asi, no es unión, es solo rejunte con poco recorrido de vida.

En cuanto se abrió la calle de boxes para dar inicio a la clasificación, los bólidos de F1 tomaron contacto con la pista y comenzó la acción. Como para mostrar que lleva años compitiendo en este circuito, Carlos Niciforo se quedó con la pole y los dos puntos que otorga la misma. Jose Luis De Luca (Pepino para los amigos) lo escoltó y Fernando Marcolli (más conocido como Tano) completó la primera fila de la grilla. Por la cantidad de pilotos y la ausencia del líder del mismo, Alejandro Weiner, era una buena ocasión para intentar acomodarse de cara a lo que viene. Visto el resultado final, no puede ser más auspicioso el futuro.

A las 10 en punto, con una brisa fresca cruzando la pista, el starter apretó el botón que viraba el semáforo de rojo a verde y el pelotón salió a buscar su destino. En los primeros compases, el puntero era Daniel González, el Gaita, que dejaba atrás a Raúl Campero, Nici grande, Daniel Coronel y el Tano Marcolli, mientras que Pepino comenzaba a mostrar un manejo errático y caía en el clasificador. El resto se mantenía expectante y miraba a la parroquia, pidiendo una ayuda divina, que en algunos casos llegó y en otros, no.

El Gaita cometió un desliz estando cerca de cerrar la vuelta y Raúl, con frialdad de frigorífico, le arrebató la punta. El Gaita no le aflojó y se mantenía en sus escapes, mientras que detrás de iban encolumnando Adrian Gabriele, un lord inglés, Jorge Bibbo, Marcelo Lauria y Fabián Mossato. Las posiciones, salvo los dos de adelante, no eran fijas, el campeón Gabriel Cassanello, cuyo alias es Bebe, estuvo a tiro del pelotón de seguidores, Daniel Coronel se mantuvo hasta que un par de errores lo mandaron para atrás, Cristian Mesuraco no se mostraba pero sumaba lindo para el campeonato y Nici grande cambió la puesta a punto del auto y lo perjudicó notoriamente. Solamente en la última vuelta se estabilizaron los puestos aunque no estaba todo definido… salvo en la punta.

Raúl se tomó un viaje sin importarle el qué dirán por la localía ¿era un mal anfitrión, conocía los secretos de la pista? Nada de eso, solo verlo a Nici daba por tierra alguna suposición de ese tipo. Solamente hizo una carrera perfecta, no pifió un tiro, mientras que el Gaita o el Lord no pudieron evitar, en el fragor de la lucha, cometer algún yerro involuntario. Quedaron alejados de Campero pero definieron entre ellos el lugar de escolta. Finalmente, el galleguito hincha de Españyol de Barcelona y gallinita, vio la cuadriculada antes que Adrian, asi sin acento y con flema británica. Completaron un podio muy merecido por la labor realizada.

Cuarto terminó el geronte Mossato, gracias a la gentileza de Marcelo Lauria que lo dejó pasar para que el vejete tuviera una alegría ya que hace mucho que se arrastra por la pista. Hay que entenderlo, tanto era el referente, tanto era el campeón que ahora que esta tan deslucido, cuando termina la carrera, queda amargado hasta la próxima fecha, donde se replica la situación. En APAMACO, si hay algo que sobra es solidaridad, más con las personas mayores. Sexto terminó Cristian y de esa manera, se transformó en el nuevo puntero del campeonato. Un campeonato que esta al rojo vivo (justo, para delicia de Cristian).

Cumplido un tercio de campeonato, todavía no se vislumbra un favorito a llevárselo, hay media docena de pilotos apretados en pocos puntos y la irregularidad, ya sea en la sumatoria de puntos o en la asistencia, es una realidad a tener muy en cuenta. En junio con el STC2000, a lo mejor, empiezan a perfilarse las candidaturas y el panorama empezará a ser más claro. En todo caso, en la fecha en que la troupe vuelva al Ombu 1, los que no aprovecharon su momento, pueden ir a llorar a la parroquia.