ARREBATO CON FLEMA INGLESA

Algo está cambiando en APAMACO. Si bien, la concurrencia de pilotos sufrió una merma, los que se mantienen fieles, están logrando que el presente sea venturoso. No se repiten siempre los mismos ganadores, no se repiten los que pelean por el Campeonato, no se repiten los que pelean los primeros puestos en cada fecha, los podios son variados. No significa que los que habitualmente ocupan las posiciones de vanguardia hayan empeorado sino que los que vienen detrás, empujan con mucho entusiasmo.
Con un clima muy agradable, dieciocho pilotos se dieron cita a la pista del Parque Chacabuco. Esta era una fecha que iba a determinar la tendencia de quienes pelearían el torneo hasta el final, quienes quedarían en el camino y también marcaba el inicio de las Copas. En el caso de los Juniors, al fin de la jornada, el Campeonato quedó en llamas, para dar un ejemplo.

Esta vez, la grilla de largada estaría formada de dos en dos, para que los peores clasificados penalizaran un poco más sobre aquellos que cumplieran una labor destacable en la clasificación. Reafirmando lo escrito, la clasifica trajo una sorpresa muy agradable. El hombre que se quedó con la pole fue Carlos Otero, con tres tiros quirúrgicos, seguido de Adrian García. La segunda fila la ocuparon Carlos García y Gabriel Cassanello, mientras que en la tercera partían Omar Garayalde y Rubén Mesuraco. El que llegó como puntero del Campeonato, “Pepino” De Luca saldría del 12º cajón, lejos de su contrincante en el torneo, “Bebe” Cassanello.

A las 10 en punto, cuando el semáforo trocó de rojo a verde, el pelotón salió decidido a beberse los vientos. Los nervios le jugaron una mala pasada a Otero, lo que provocó que se retrasara apenas se puso en movimiento la prueba. Esto lo aprovecharon Marcelo Bologna, “Bebe” Cassanello, Adrian Garcia y Carlos Niciforo para intentar darle un toque propio al ritmo de competencia. En esos momentos, “Sarcófago” Mossato se mostró como un candidato a la victoria aunque con el correr de las vueltas, dejó de ser una amenaza para los punteros.
En cuanto la fila india se estiró, se notó muy claramente que la lucha por el trofeo mayor sería de dos. Marcelo y “Bebe” establecieron distancia sobre sus seguidores a partir de la segunda vuelta y tuvieron un duelo épico. No se equivocaban, ostentaban la punta, se intercambiaban el lugar de privilegio, se miraban de reojo, se medían, era un duelo como los que veíamos en las películas del Lejano Oeste. Nervios de acero en la mirada, nervios de punta en el alma. Concentrados en lo suyo, el alrededor no existía. Lo sufría “Pepino” que no podía avanzar y veía como “Bebe” se hacía de la punta del torneo.

En el segundo pelotón había lucha también, pero era una lucha de muchos. El tercer escalón del podio tenía varios aspirantes. El dúo Mesuraco, Adrian y “Pink” Garcia, “Velvet” Chapo, Carlos Niciforo, Adrian Gabriele, “Sarcófago”, todos querían subir al estrado, el problema es que había un solo lugar, el más bajito. El circuito permitía un buen andar y no era muy propenso a los fuera de pista, otra razón para que el pelotón no se disgregara. Eso sí, un mal tiro y había que agarrar el remo de nuevo para tratar de avanzar.
Lo bueno de la actividad es que no permite relajarse, hay que estar con todos los sentidos en alerta porque puede ocurrir algún imprevisto. Pregúntenle a Marcelo y “Bebe” para entenderlo mejor.
Transcurría la última vuelta y el destino de la prueba parecía inexorable, la bola del casino podía caer en solo dos números ¿55? ¿25? ¿Los gallegos? ¿La gallina? Si hubiera sido una carrera de caballos, era un final cabeza a cabeza y pagaban 1.05 a ganador cualquiera de los dos. Pero la timba es jodida, alguna vez te hace sentir millonario y la más de las veces, mendigo. Tu Sam decía “puede fallar” y falló.

Asegurando los tiros, especulando con lo que hacía el otro, el dueto de punta no vio el peligro que se cernía sobre sus posiciones. El pelotón perseguidor, perdido por perdido, se mostró más jugado y casi sobre el final, se pusieron a tiro. El mayor provecho lo sacó Adrian, que podía especular con algún yerro de los dos punteros, y estuvo en el lugar correcto en el momento indicado. Al recorrer el rectilíneo que desembocaba en la última recta, “Bebe” abrió una puerta. Era la oportunidad de Marcelo de colarse y llevarse la prueba. Se coló pero no frenó a tiempo. Detrás venía Adrian que lo pudo aprovechar y sentenció la prueba. Marcelo cayó al séptimo puesto, con bronca pero sin culpas porque intentó lo correcto. “Bebe”, a pesar de no poder llevarse la victoria, hacía negocio en función del Campeonato. El tercer lugar del podio fue para Adrian Gabriele, en forma muy merecida.

Cuarto arribó Cristian Mesuraco, precediendo a “Velvet” y “Pink”. Del octavo al décimo puesto, vieron la bandera de cuadros, Fernando ”Tano”  Marcolli, Carlos Niciforo y “Sarcófago”, siguiendo en su andar 2018, o sea, desastroso.
En la Juniors, hubo un solo competidor, Astor Garayalde que con su victoria empató en la punta del torneo con Dante Meglio. Su hermano Iván y Nacho Toaldo están a uno y dos puntos respectivamente, promesa de definición infartante a falta de dos pruebas.
El Campeonato 2018 no va a salir de “Bebe” o “Pepino”. Los separa 5 puntos y hay 68 en juego (probables 70 si se alargan las pruebas a cuatro vueltas). Las aspiraciones del “Gaita” González (a 46 puntos), “Sarcófago” y “Chugo” (49), “Cebollita” Weiner (56), Niciforo (58), Marcelo Bologna (65), a pesar de mantener chances matemáticas, suenan utópicas. Adrian Garcia a 70, necesita que las dos pruebas restantes sean a cuatro vueltas y lograr un milagro inesperado, casi tan difícil como hacerlo trabajar a Mossato.
El STC2000 en noviembre, será la categoría, dos protagonistas que buscan afirmar su candidatura, varios que quieren acortar distancia... difícil dejar pasar la oportunidad de estar.