En APAMACO sienten la necesidad de visitar nuevos lugares, sumar nuevas experiencias. Esta vez, la proa apuntó hacia el Parque Avellaneda, en un predio cuyo piso recordaba al iniciático del Parque Rivadavia. Sin las características del Chacabuco, liso y veloz, en el Avellaneda, la superficie es rugosa y con irregularidades, suponiendo un nuevo reto para los pilotos.
De hecho, hubo quienes iban a competir en esas condiciones por primera vez, lo que marcaba todo un desafío. Por ese motivo, el circuito no mostraba rectas extensas, para permitir que la adaptación sea lo más rápida posible. Así y todo, había que mostrar fuerza y habilidad para no perder tiempo en los rectilíneos. Otra incertidumbre era la preparación de los bólidos, tenía que encontrarse un equilibrio entre peso, cuchara y tracción diferente a lo utilizado hasta ahora.
A la hora de reunión, puntualmente, veinte pilotos se hicieron presentes. Buen número pensando que todavía se sufre los coletazos de la pandemia y hay quienes se tienen que cuidar por su salud y su trabajo. La gratísima sorpresa de dos debutantes, Franco y Felipe Ciaffone, fue uno de los puntos destacados de la jornada, sobre todo, por el andar del junior, una revelación.
Cuando el semáforo de la calle de boxes mostró luz verde, comenzó la acción en la pista. La tanda clasificatoria tuvo un desarrollo normal y Fernando “Tano” Marcolli se alzó con la pole con su ATS, llevándose dos puntos para la sumatoria del torneo. El reaparecido Daniel “Galleguito” Gonzalez lo escoltó y completó la primera fila, Carlos “TicTac” Blanco, cuyo hígado lo tuvo a maltraer. En la fila siguiente, David “Escocia” Lazar, cada vez más afianzado, junto a “Chugo” Toaldo y el Fantasma de Marcelo Lauria, esperaban para asaltar los puestos de punta.
A las 10 horas, en una mañana que se tornó espectacular de sol, se apagaron las cinco luces rojas y se largó la carrera. Nada le duró la pole al “Tano” ya que, desde el décimo lugar, saltó a la punta Carlos “Terciopelo” García (el Carlos García malo). Detrás, se entabló una lucha de la que sacó provecho el Terciopelo de Monte Grande.
En el amanecer de la carrera, el pelotón que perseguía a Terciopelo, lo integraban el "Galleguito", "Resucitado" Mossato, "Escocia" y Walter Doria. En tanto, "Musculito" Colombo no paraba de equivocarse. Alguien tuvo la mala idea de llamarlo por teléfono y pedirle una motosierra. Es tan poco apegado al esfuerzo que lo alteró, tanto que temblaba. El solo pensar en trabajar lo obnubiló. Tuvo suerte ya que estaba tripulando el F1 del querido e inolvidable Luis Tebes. Se percibió en el infinito que Luis se cansó de ver tambaleando al "Musculito" dominado y se puso al mando del auto. Como era más que obvio, todo mejoró. También el junior Felipe asustaba a más de un grandote con sus certeros tiros. Jugó con el aplomo de un veterano. Otra labor destacada le cabía a Ana Sosa, la Penélope Glamour de APAMACO, circulando en los puestos de adelante.
Mientras, la nueva cepa virósica, el Gar-Cia-3, seguía contagiando desaliento. Los de atrás, aún vacunados, no podían hacerle frente. Se iban intercambiando los escoltas y nada, los tenía en fase 1. Jorge Traverso lo intentó, "Resucitado" lo intentó, Luis Tebes lo intentó, y nada, la cepa los tenía a raya.
De a poco, Fabian Palomo y Chugo fueron acechando al pelotón de escoltas. Adrian Gabriele se sumaba, era un constante avanzar y retroceder que mantenía la incertidumbre por los dos escalones más bajo del podio. Por lo que se intuía, el lugar más alto del estrado, de no mediar una catástrofe, ya tenía dueño y fue de esa forma.
Una nueva fecha pasó dejando algunas certezas. Hay que encontrar urgente la vacuna para evitar que el Gar-Cia-3 siga causando estragos es una de ellas. Otra es que APAMACO encontró un lugar lindo y tranquilo para realizar la actividad al aire libre. Hay mucho positivo para sumar en el haber.
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