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martes, 12 de julio de 2022

LAGRIMAS AL INFINITO

La semana que pasó, debe haber sido una de las más difíciles para nuestro piloto Marcelo Mastrella ya que su viejita se elevó hacia el infinito dejando un espacio imposible de llenar. Necesitaba un paliativo, una alegría para dejar el mal paso detrás ¿iba a ser sanador? Indudablemente, no, pero ayudaría.
Con amenaza de lluvia no concretada, comenzaron a llegar los participantes para dar inicio al cronograma oficial de la fecha que era en homenaje a nuestro inolvidable amigo Luis Tebes, a cuatro años de su partida. Entre Juniors y Seniors, se llegó a la nada despreciable cantidad de treinta y un pilotos, linda cifra que auguraba una jornada vibrante. Eso sí, llegaron con hambre y no de victoria, arrasaron con la leche chocolatada y las facturas que dieron marco al festivo 9 de julio.


Como ya se hizo una sana costumbre, al arribar, los pilotos se encontraban con un circuito prolijamente diseñado y dibujado por Javier “Osito de Peluche” Chapo y Carlos “Robin” Garcia, factótums de HF, un verdadero lujo, con el agregado del puente fabricado por Fabián “Matusalem” Mossato que sirvió para complicarle la vida a más de uno. El trazado elegido era muy veloz con dos rectas largas, amplio curvón y cruce de puente por arriba y abajo. Inaugurando una nueva modalidad, la recta opuesta recibió el nombre de “Marcelo Mastrella”, toda una premonición. “Matusalem” pidió que una parte del circuito llevara su nombre y por lo visto el sábado, toda la parte de afuera puede ser bautizada con el suyo  ¿estamos ante el ocaso definitivo del viejo campeón?

Puntualmente, las máquinas salieron a pista, a devorar distancias lo más velozmente posible para conquistar el lugar de privilegio. Treinta y un voluntades buscaban ese lugar pero la fortuna se posaría en una sola. El tocado por la varita fue Carlos “TicTac” Blanco, que se quedó con la pole position, acompañado en primera fila por Mastrella, mientras que la segunda línea era ocupada por “Robin” con el Batimovil robado furtivamente a Batman y Marcelo “Torito de Mataderos” Bologna. El mejor de los Juniors fue Kenzo Oshiro, clasificado sexto, compartiendo la tercera fila con Walter Doria.
La tensión iba a aumento a medida que se aproximaba la hora de salida, los contendientes miraban el semáforo, prestos a apretar la cuchara sobre la pista parar hacer volar bajito al auto. Cuando se apagaron todas las luces rojas, el vía libre estaba dado. Rápidamente salieron a disputarse la punta, Walter y Mastrella, seguidos por la jauría hambrienta de triunfo. El ancho de pista  permitía el adelantamiento cuando el tiro era certero aunque las largas rectas invitaban a tomar riesgos y podían ser una trampa inesperada hasta para el mejor lanzador.
Sorpresivamente, algunos candidatos no dieron la talla, “Matusalem” se arrastraba por la pista (y por afuera también…) mientras que el mini campeón “Musculito” Colombo lo canchereaba. El “Veleta de Liniers”… no sabía lo que le esperaba al final. 

Increíblemente, el mejor amigo de este blog, Marcelo “Lapicera” Lauria comenzó a mezclarse en el pelotón de punta, para asombro de toda la tribuna que quería mandar a analizar la chocolatada, pensando que algún producto extraño mezclado con la misma, provocaba esta alucinación. El más nervioso era el campeón chiquito, que deseaba que “Lapicera” empezara a errarle como es habitual para poder seguir fanfarroneando… no sabía lo que le esperaba al final.
A nadie le queda duda que los Juniors no son Juniors, son enanos que tienen hijos y nietos, si no, no se puede concebir que anden tan bien sobre la pista. Entre ellos, tuvieron una actuación sobresaliente, los hermanos Oshiro, dejando en zona de vergüenza a papá Mariano. Para ser sinceros, Ariel, Diego y Nicolas, los otros papis, veían la cola del auto de los hijos también, solo el cansancio de los chicos los situó detrás en el marcador final. Mientras tanto, “Musculito” miraba con sorna a los pibes… no sabía lo que le esperaba al final.
Hasta el tránsito por última vez  del curvón, la victoria estaba peleada entre los Marcelo, mientras que el resto tenía la chance de acceder al último escaño del podio solamente. Un desliz de “Lapicera” dejó todas las chances de ganar a Mastrella y el Tano bueno no la desaprovecharía. Manteniendo el tiro de ventaja, se deslizó por la recta con tranquilidad y pudo dedicar el triunfo a mamá, derramando alguna lágrima caprichosa que se hizo lugar para escapar de entre sus párpados. Su tocayo lo imitó y se llevó la posición de escolta.
El tercer lugar venía muy disputado entre “Musculito”, Jorge Traverso, Raúl Campero y el sorprendente Jano Oshiro, que no aflojó nunca. La mueca socarrona del “Fletero” al encarar la recta y estar a tiro de podio, se veía desde la avenida Asamblea pero… no sabía lo que le esperaba al final.
No vamos a contar nada nuevo diciendo que “Musculito” es uno de los más certeros lanzadores en rectas largas, lo sabe y, por eso, se veía en el podio, minimizando la sorpresa y bronca por ver llegar a “Lapicera” antes. Se veía festejando con el trofeo fabricado por HF en las manos, aunque fuera el del tercer puesto, descontando puntos importantes al puntero del campeonato hasta ese momento… no sabía lo que le esperaba al final.
Y llegó el momento, y “Musculito” con la cara llena de sonrisa fanfarrona hizo el tiro que lo iba a depositar en el podio, y el 504 fue, fue, cruzó la meta, siguió yendo, cruzó la línea de pista, siguió por Curapaligüe, esquivo dos colectivos de la línea 7 y frenó en la avenida Eva Perón. Desastre absoluto. A continuación, Jorge Traverso hizo su tiro y quedo a milímetros del podio mientras no fuera superado. Raúl lo siguió, ubicándose a centímetros de la meta. “Musculito” transpiraba como cuando lo retan en casa porque Janito tenía que hacer su intento… ¡¡Y cómo le salió!! Bailando sobre el límite de pista, pasó a los dos pilotos que lo precedían, quedando como tercer clasificado y llevando al podio a un Junior nuevamente. El único que se subió al lugar de premiación fue Lucas Mossato en el año 2013,  con un tercer puesto y un triunfo en STC2000. Ese triunfo fue el  13 de noviembre de ese año, la última vez que un Junior festejó desde el podio. Pasaron ocho años, siete meses y veinticinco días entre ambos hitos. Lucas tenía 11 años y Jano, 7, de esta forma, Jano se convirtió en el más joven en terminar entre los tres primeros en un GP.
¿Alguien dijo “Musculito”? Con “Lapicera” en el podio y Jano “birlándole” el tercer lugar, quedó más golpeado que redoblante de batería. Además, se hacía ilusión de recortarle puntos a Mossato pero no tuvo en cuenta a Mastrella, que se le alejó en la cima… supo lo que le esperaba al final ¡¡ la vergüenza sin límites!!
Cruzamos el ecuador del campeonato y no hay un dominio claro, lo que sí quedó claro es que las lágrimas del Tano bueno llegaron al infinito.

2 comentarios:

Excelente crónica. Marcelo...al detalle como siempre y una amplia verba en la explicación felicitaciones!!!!

Guille.chivo@hotmail.com Excelente comentario Marcelo. Al detalle y una verborragia justa para describir al detalle lo apasionante de la carrerita...Felicitaciones!!!
Abrazos de podio a los ganadores

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