Cuando nació este juego de manocompetición,
manocontrol o como lo llamábamos en el barrio, autitos con masilla y cucharita,
las variantes no eran muchas. Se jugaba en las plazas, parques, veredas y
calles pintando la pista con ladrillo, cal, tiza o lo que se tuviera a mano y
en ese circuito, imaginábamos que eramos Fangio, Froilán, Ascari en una primera
época y Reutemann, Fittipaldi o Lauda en una etapa siguiente. El gran Ayrton o
Prost no estuvieron representados en el juego porque cuando comenzaron su duelo
personal, este hobby estaba extinguido.
A partir del resurgimiento, mentes inquietas
comenzaron a pensar variantes para hacer más rica la actividad. Para
evitar los cortes de curva, te contamos la implementación de los conos
delimitadores o pseudo guardrails, hoy te vamos a contar la historia del
puente, que es anterior a esos conos.
Corría el 2007, año en el que hubo un
Campeonato de TC a manocontrol para festejar los diez años de la revista Crono
organizado por Marcelo Vivo. Fueron tres fechas, la concurrencia era numerosa y
allí se forjó el núcleo de lo que dos años más tarde sería el riñón de APAMACO.
Buscando variantes, se charlaba sobre cual podrían ser las más adecuadas para la actividad. Aunque
ese año no se usó, comenzó a dar vueltas la idea de hacer un puente para sumar
una dificultad extra además de la de evitar irse fuera de los límites de la
pista.
En el 2008 cuando se oficializó un campeonato
con autos de F1, por la forma de los autos, no se utilizó puente alguno aunque
ya Fabián Mossato comenzó a juntar los materiales para construirlo. Mossato
siempre fue un tipo viejo e hinchap… perdón, inquieto y ya para la temporada
2009 tenía hecho uno y como el campeonato era de autos con techo (salvo para el
organizador que no quería cambiar su F1 incumpliendo su propio reglamento… y
poniendo la semilla para que se fundara APAMACO… sin su presencia), el puente
fue una variante.
Primero se utilizó sobre una recta, hasta que
en una competencia se realizó un trazado parecido al Zonda sanjuanino y
consistía en un paso sobre el puente seguido de un gran curvón para terminar
circulando por debajo del mismo. Claro, con una pequeña dificultad, una columna
que dividía en dos el paso por debajo del puente. De más esta decir que algunos
autos quedaron estampados sobre esa columna.
Cuando APAMACO fue creada y se dio comienzo al
campeonato tal como lo conocemos ahora, el puente era una alternativa no
utilizada en forma frecuente aunque fue cambiando de forma, siempre construído
por el gagá de Mossato. La cantidad de participantes hizo que se utilizará por
última vez en la primera fecha del 2015 donde un mal tiro del puntero en el
inicio de la carrera provocó un embotellamiento de más de treinta autos y el
retraso del tiempo de duración de la jornada. De esa manera práctica se comprobó que
ante tamaña concurrencia se hace dificultoso el uso del puente aunque no quedó descartado
en forma definitiva.
Los puentes tienen su origen en la prehistoria,
ni siquiera hay registros fehacientes con fechas aproximadas aunque no es
aventurado decir que deben tener su origen casi al mismo tiempo que el del
hombre. Si alguien te dice que es el inventor del puente, aunque sea en este
hobby, también te puede decir que es el inventor del agujero del mate o algo
parecido. Pero a no preocuparse, siempre vas a tener a mano “Educando al Soberano” para que te
enteres de la verdad de la milanesa.
Nos leemos en próxima entrega.
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